viernes, 22 de septiembre de 2017

El día que cambió nuestras vidas

El sábado 16 de abril de 2016, la costa ecuatoriana fue azotada por un terremoto de 7.8 que afectó principalmente las provincias de Manabí y Esmeraldas. Considerada como la mayor tragedia de los últimos 67 años, desde el terremoto de Ambato del 5 de agosto de 1949; causó un sinnúmero de afectaciones materiales y pérdidas humanas.


La Crespa resultó ser la comuna más afectada del cantón Flavio Alfaro, donde Antonela López de 3 años perdió la vida. Aproximadamente hubo 25 heridos, 28 caas desplomadas y 30 viviendas afectadas. En el lugar donde se encuentra la cancha permanecieron solo cuatro casas en pie, mostrando un ambiente desolador. También se registró un derrumbe en la vía a Chone que se restableció el lunes por la tarde. Se establecieron dos albergues temporales: uno en el Sitio Quiñónez y otro en el Sitio Tres Caminos.




El presidente de la República Rafael Correa y el ministro de Deportes José Francisco Cevallos visitaron la comuna. Fue un hecho histórico para nuestro sector. Se ofreció ayuda para los damnificados y para construir una unidad educativa del Siglo XXI. Muchas personas e instituciones se solidarizaron con La Crespa, entre ellos el árbitro Roddy Zambrano oriundo de la comuna, y el Gremio de Árbitros de Quito.

He aquí algunas palabras de los habitantes que relatan lo sucedido en el terremoto y de la ayuda que posteriormente se recibió:

"Estoy muy apenado. Pude vivir en carne propia toda esta situación, estamos vivos de milagro, fue una situación desesperante, estuvimos en una zona de terror." (R. Z.)

"Dando gracias a Dios estamos vivos, salimos todos con vida." (P. T.)

"Fue un movimiento muy fuerte, ver los escombros, las casas caídas, [...] Para nosotros es muy importante tener al presidente acá por primera vez..." (D. M.)

La vida cotidiana cambió mucho. Muchos perdieron su hogar y tuvieron que acogerse o vivir en albergues temporales mientras llegaba la ayuda gubernamental. Otras familias enteras se mudaron permanentemente a otras localidades y otras tantas aún no cuentan con una vivienda digna tras perderlo todo. Sin embargo, los habitantes de La Crespa muestran un sobrepujante espíritu de superación, al seguir adelante a pesar de que todo cambió en menos de un minuto.

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