El sábado 16 de abril de 2016, la costa ecuatoriana fue azotada por un terremoto de 7.8 que afectó principalmente las provincias de Manabí y Esmeraldas. Considerada como la mayor tragedia de los últimos 67 años, desde el terremoto de Ambato del 5 de agosto de 1949; causó un sinnúmero de afectaciones materiales y pérdidas humanas.
La Crespa resultó ser la comuna más afectada del cantón Flavio Alfaro, donde Antonela López de 3 años perdió la vida. Aproximadamente hubo 25 heridos, 28 caas desplomadas y 30 viviendas afectadas. En el lugar donde se encuentra la cancha permanecieron solo cuatro casas en pie, mostrando un ambiente desolador. También se registró un derrumbe en la vía a Chone que se restableció el lunes por la tarde. Se establecieron dos albergues temporales: uno en el Sitio Quiñónez y otro en el Sitio Tres Caminos.
El presidente de la República Rafael Correa y el ministro de Deportes José Francisco Cevallos visitaron la comuna. Fue un hecho histórico para nuestro sector. Se ofreció ayuda para los damnificados y para construir una unidad educativa del Siglo XXI. Muchas personas e instituciones se solidarizaron con La Crespa, entre ellos el árbitro Roddy Zambrano oriundo de la comuna, y el Gremio de Árbitros de Quito.
He aquí algunas palabras de los habitantes que relatan lo sucedido en el terremoto y de la ayuda que posteriormente se recibió:
"Estoy muy apenado. Pude vivir en carne propia toda esta situación, estamos vivos de milagro, fue una situación desesperante, estuvimos en una zona de terror." (R. Z.)
"Dando gracias a Dios estamos vivos, salimos todos con vida." (P. T.)
"Fue un movimiento muy fuerte, ver los escombros, las casas caídas, [...] Para nosotros es muy importante tener al presidente acá por primera vez..." (D. M.)
La vida cotidiana cambió mucho. Muchos perdieron su hogar y tuvieron que acogerse o vivir en albergues temporales mientras llegaba la ayuda gubernamental. Otras familias enteras se mudaron permanentemente a otras localidades y otras tantas aún no cuentan con una vivienda digna tras perderlo todo. Sin embargo, los habitantes de La Crespa muestran un sobrepujante espíritu de superación, al seguir adelante a pesar de que todo cambió en menos de un minuto.
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