jueves, 26 de noviembre de 2015

¿Realmente es tigre? ¿Realmente es león?

Es muy sabido que desde hace mucho tiempo en lo que hoy es La Crespa, habitaban grandes felinos como el león y el tigre. En los alrededores predominaba el bosque primario, razón por el cual era el hábitat de toda clase de animales salvajes. Entre los primeros habitantes era común encontrarse con estos felinos; hasta hace varias décadas atrás se veían rastros de estos animales en el suelo. Pero, ¿realmente habían leones y tigres en La Crespa?

El tigre: Cazador sigiloso, oportunista, solitario y con una mordedura letal capaz de atravesar el cráneo de sus víctimas; son características que describen muy bien al tigre. Pero en realidad no se trata del tigre sino del jaguar (Panthera onca), que generalmente es comparado con el tigre asiático (Panthera tigris). Estos grandes felinos constituyen dos especies muy diferentes, tanto en su anatomía como en su distribución; el jaguar habita exclusivamente en América y el tigre en Asia. En la actualidad han desaparecido de La Crespa y sus alrededores y sólo hay unos 50 ejemplares en la región costa en el Bosque Protector Cerro Blanco de la provincia del Guayas.

Jaguar. Fuente: thenighttour.com

Tigre. Fuente: observationdeck.kinja.com

El león: Por otro lado, como cazador solitario de emboscada se encuentra el león, que al igual que el jaguar, su nombre verdadero es puma o león de montaña (Puma concolor). Comúnmente se lo relaciona con el león (Panthera leo), lo que resulta imposible pues el león se distribuye en Asia y África, mientras que el puma es endémico de América. En la actualidad también ha desaparecido, aunque sigue distribuyéndose en el Ecuador.

Puma. Fuente: oceanlight.com

León. Fuente: lareserva.com

En toda América estos dos felinos tienen diferentes nombres comunes dependiendo la zona, por lo que, aunque está mal decirles tigre y león, en nuestra zona también se le conoce por estos nombres. No hay problema seguir llamándolos así. El jaguar y el puma han sido parte de nuestra historia. Lamentablemente la pérdida del hábitat y la caza indiscriminada de sus presas los han llevado a la desaparición. Será emocionante algún día poder ver de cerca a estos viejos conocidos de nuestra historia (Isaías 65:25).

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